Esta semana te pido que saques tu recetario de cocina, porque vamos a cocinar un proceso para chuparse los dedos 😉
Como todo lo bueno, te va a llevar un poquito de tiempo, paciencia y mucho amor por la organización. Recupera los ingredientes de la semana anterior, que entramos en cocina.
Receta para cocinar un proceso
El pequeño y peludo chef Remy, de la película Ratatouille, tenía muy bien interiorizado el proceso de cocinar la famosa receta francesa de verduras. Para ello, escogía primero los ingredientes (ENTRADAS): frescos, en su punto de madurez y cortados de una manera muy específica (era uno de los secretos de su éxito). También los utensilios (RECURSOS) de cocina necesarios para preparar la receta. Él mismo era el cocinero (RESPONSABLE) del proceso, aunque sus amigos Linguini y Colette le ayudaban como pinches. Durante la cocción (PROCEDIMIENTO) de la receta, comprobaba con su fabuloso olfato si la cosa iba bien (ACTIVIDADES DE CONTROL). Y finalmente, emplataba el ratatouille para entregarlo al cliente (SALIDA). En su caso, un exigente crítico de cocina que quedó rendido ante el plato.
El éxito de esa crítica es el mejor indicador que el proceso de cocinar ratatuoille de Remy era excelente. Pero también tenía muy claro cuál era el objetivo de ese proceso antes de comenzarlo. Saber qué quiere el cliente y cómo lo quiere -un plato que le sorprenda y pueda dar una crítica buena, por ejemplo- es crucial para desarrollar un proceso con éxito. Lo mismo ocurre cuando pides un chuletón. Si lo quieres poco, medio o muy hecho, el camarero ha de saberlo para avisar a cocina. O si tuvieras alguna intolerancia. Imagina que eres alérgico a los frutos secos y a la lecha y te sirven una carne con salsa de almendras. A parte de la excursión al hospital, no creo que te queden ganas de volver a ese restaurante. Porque no te han dado lo que tú querías.
Ahora, te toca a ti prepara las recetas de tu organización. Detecta cuáles son las entradas, recursos, responsables, procedimientos, indicadores y salidas de cada uno de ellos y ¡a cocinar!
Tipos de procesos que puedes cocinar en casa
- Procesos estratégicos: son los que ayudan a mantener el rumbo de la organización que te marcaste en la Visión. Es decir, son aquellos que se ocupan de mantener en su sitio la estrategia. El proceso de seguimiento de la competencia es uno de los que entra en esta categoría.
- Procesos operativos: son los que intervienen en la creación del producto o servicio de tu organización, y están totalmente enfocados a satisfacer al cliente. En una cocina, prepara la receta es un proceso operativo.
- Procesos de soporte: son los que se encargan de todas las actividades necesarias para el buen funcionamiento de la organización. Como por ejemplo, el proceso de llevar la contabilidad de tu empresa.
¡Ahora te toca a ti! Déjame un comentario y te mando la plantilla para que puedas cocinar tu propio proceso. Bon appetit 🙂
Me parece fantástico el ejemplo para ilustrar el “cocinado” de un proceso. Creo que también sería necesario añadir un último paso: “la mejora constante del proceso” como principio fundamental de la Gestión en Calidad”. Tampoco habría que olvidar la tendencia actual de las organizaciones de conjugar el trabajo por “procesos” con el trabajo por “proyectos”. Muchas gracias.
Muchas gracias Miguel Ángel por tu comentario y tu aportación. En efecto, el tema de la mejora constante es algo a tener muy presente en todo sistema de gestión excelente. Y espero hablaros de ello más adelante.
Un saludo 🙂
Felicitaciones, una manera creativa y amena de mostrar los “ingredientes” y del mapa de procesos. Saludos
Gracias Carlos por tus amables palabras 🙂
Muy Buena Analogia. El enfoque en procesos facilita que todos esten claros y trabajen en pro de resultados que satisfagan a ese cliente, identificando los procesos de la organizacion , el evaluar, medir y mejorar continuamente es mas expedito….Saludos.
Gracias de nuevo Rosy 🙂
Gracias por ilustrar estos post con películas, son ilustrativas.
Gracias Rafael, para mi es un placer.
Un saludo